Lamine Yamal es la gran estrella de este FC Barcelona. Marque, asista o, simplemente, conduzca el balón por el campo, el jovencísimo canterano azulgrana hace las delicias de la grada de Montjuïc en cada partido como en su día lo hacían Maradona, Ronaldinho o Messi.
Suele decirse que hay jugadores que justifican el precio de una entrada y Lamine es, sin duda, uno de esos elegidos. El mejor ejemplo es su jugada personal en los primeros compases del partido ante el Alavés en la que dejó clavados hasta a seis rivales con un recital de quiebros, recortes, pisaditas y cambios de ritmo.
Tras recorrer casi 50 metros con el balón ‘cosido’ al pie en un ‘zig-zag’ sin fin, el ’19’ culé encontró a Raphinha en la frontal del área para conectar un envío cruzado y preciso que el brasileño a punto estuvo en convertir en el gol de la jornada… ¡y de la temporada!