San Mamés debía ser una fiesta tras conseguir remontar ante la Roma en los octavos de final de la UEFA Europa League, sin embargo, el ambiente vivido en los minutos posteriores al término del partido fue muy diferente a lo esperado.
Los aficionados del Athletic esperaban cerca de la puerta 22, la de la afición visitante, precisamente a los aficionados de la Roma. Durante esos minutos, los aficionados rojiblancos empezaron a lanzar bengalas al cordón policial formado y la lluvia de botellines y latas fue protagonista durante varios minutos hasta que la Ertzaintza comenzó a cargar.
En esos momentos, los aficionados corrieron en estampida por la explanada de San Mamés y se resguardaron en los bares y locales cercanos. La tensión fue creciendo con el paso de los minutos y tras la huida de los aficionados situados en el cruce entre Licenciado Poza y Luis Briñas, los momentos complicados se trasladaron al inicio de Alameda Urquijo.
Allí tras las cargas de la Ertzaintza y la persecución de los furgones, los aficionados formaron una especie de barricada con los contenedores y los cuerpos de seguridad tuvieron que volver a actuar. Durante más de media hora la lluvia de objetos se mantuvo hasta que, una hora más tarde del termino del partido, los aledaños se despejaron y se volvió al estado de calma.